Antonio (Castro) asume su rol de líder y guía a su pueblo hacia la montaña, lejos de Vidisterra en donde siguen cayendo decenas de bolas de fuego que amenazan con destruir el pueblo para siempre.
Gracias a Berlanga (Colombo), Antonio (Castro) logra huir del comisario y retomar su objetivo: conducir a los habitantes de Vidisterra hacia un lugar seguro, lejos de la amenaza de las bolas de fuego que no dejan de azotar el pueblo.
Angustiados, los moradores toman unas pocas cosas y abandonan sus casas siguiendo el camino indicado por su nuevo líder: Antonio. La marcha comienza rumbo a las montañas en donde esperan hallar refugio. A sus espaldas furiosas bolas de fuego caen sobre Vidisterra y pronto nada quedará del pueblo.
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