Antonio (Castro) cumplirá su designio y guiará a su pueblo lejos del peligro, pero Octavio (Ranni) aún quiere verlo muerto y hará cualquier cosa por conseguirlo. 


Antonio (Castro) acepta su designio y, tal como le indica Helmut, organizará el éxodo de su pueblo hacia un lugar seguro, lejos de los peligros ocasionados por las maldiciones. Pero, cumplir su objetivo no le será nada fácil ya que Octavio (Ranni) aún sueña con verlo muerto. 
El ex intendente convoca a un nuevo aliado: Marcos, el nuevo comisario del pueblo, un hombre inescrupuloso dispuesto a vender su integridad al mejor postor. Octavio le pide que mate a Antonio a cambio de una buena recompensa; y el hombre acepta. 

Marcos intercepta en los Viñedos a Antonio y lo sigue sin ser visto. Luego, en un momento de distracción, el comisario aprovecha y lo sorprende apuntándolo con un arma, dispuesto a cumplir con la palabra que le ha dado a Octavio. Todo indica que este será el final de Antonio.